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Una noche, mirando todos los poemas que había escrito desde el inicio de mi secundaria hasta salir del colegio, empecé a imaginarme, lo genial que sería compartir todo eso con otras personas de mi edad, que también amen escribir poemas, cuentos, pensamientos o incluso por desahogo sin ninguna rutina, las más repentinas prosas. Había experimentado algo parecido con un par de amigos, pero nunca sentí la sensación de pertenecer a un grupo, como en la novela los Detectives Salvajes, donde casi todos los personajes pertenecían al Real Visceralismo y se reunían semanalmente en los cafés más patibularios del DF para leerse sus poemas, hablar de los grandes y nuevos escritores o simplemente tomar un café con leche mientras escribían en silencio.

Es por eso que una tarde me puse en contacto con Sebastian Diaz, un poeta viejo amigo del colegio. Fuimos a tomar un chocolate y a leernos nuestros poemas, hasta que los encuentros se fueron dando más seguido, casi quincenales. 

Recomendaciones literarias, lecturas de poemas, conversaciones a cerca de cuentos, concursos...

A partir de ese entonces, empecé a recordar los pocos encuentros similares que había tenido con amigos aficionados a la literatura y escritura. Un par de veces había hablado con Helga Victoria en la universidad y en un bar del centro de Lima a cerca de nuestros poetas favoritos y los próximos libros que leeríamos. Igual me pasó con Verónica Landa los últimos días de Diciembre en el campus. 

Es entonces, que sentí la necesidad de juntarlos a todos y así nació Letras Ordenadas, más que un movimiento, un grupo de jóvenes escritores peruanos. No tenemos una regla poética o literaria, pero sí amamos la literatura y la belleza que ocasiona la sinergia de todos nuestros textos. En esta página se pondrán desde poemas, hasta novelas cortas y crónicas, quién sabe, en algún futuro, de aquí salgan los nuevos grandes personajes de la literatura peruana del siglo 21.

                                                                                                                                                                 

                                                                                                                                                                 Juan Argüelles Cisneros

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